Mi sueño con… ¿un demonio?

 

Como cualquier sueño, o la mayoría de los sueños, estoy segura que comenzó en la madrugada, con certeza no sé la hora, ya que no acostumbro a tener un reloj – despertador cerca de la cama, el celular por lo regular está apagado y se prende hasta la hora programada que, por lo regular es hasta las 7 am.

Lo que no entiendo, quizás por la naturaleza de ser parte de lo onírico, así como una parte de mi vida de antaño, es el inicio de donde me ubico en el sueño. Quizás al analizar el sueño podría darle un significado del porqué.

No sé por qué razón mi sueño inicia en un templo, una iglesia. La iglesia es parecida a las que son denominadas catedrales, de las que fueron construidas en el siglo XVI en México. De las que llegaron a ser tan grandes y espaciosas que también eran monasterios o conventos. Yo no conozco esa iglesia, pero sé que en ese llegan hacer peregrinaciones a dicho lugar. Según yo, escuche o me da la impresión que el lugar era al que denominan: “El señor de Chalma”. Me encontraba dentro del templo, podría decirse que, a la mitad del recinto, desde mi posición se podía apreciar el altar, había varias personas en el lugar, como cuando se hacen alguna misa o algo así. Pero lo que más me llamo la atención es que, entre ellas, había una chica que la acompañaba un monaguillo o alguien de los que ayudan en ese ámbito. Dicha persona era quien guiaba o le explicaba a esta chica sobre algunos temas, por alguna extraña razón yo me encontraba cerca de ambos. Al parecer nos acercamos relativamente cerca del altar, donde la mayoría de la gente va y le pide cosas al Señor de Chalma. Al parecer, o esa fue mi impresión, a esta chica no le hizo caso en su pedido, quizás esperaba la chica que sucediera algo de manera inmediata o no sé, pues al parecer se molestó, ya que enseguida se pudo notar su enojo, no sabría bien expresar todo lo que hacía ella en ese momento, una mezcla entre enfado y frustración quizás; entonces el monaguillo le dijo algo...

Los dos salieron del recinto, pero se dirigieron a lo que sería el sótano de la catedral. Digamos que la parte subterránea, cuando antaño era la zona de las catacumbas de dicho templo. Pero de esa zona, todavía había que ir más abajo, como si la construcción tuviera diferentes niveles subterráneos. Pero por alguna razón yo sabía que era más abajo de la construcción de la iglesia de donde llegan los peregrinos. Por insólita coincidencia o motivo que desconozco, yo iba con ellos. Llegamos a un lugar parecido a la iglesia de arriba, pero en está ocasión nos dirigimos hasta la zona del altar, pero algo diferente al de la mayoría de las iglesias, pues ahí había una silla en medio y hasta el fondo, de esas que son muy vistosas, como las que se ven que usan la realeza. En dicha silla estaba sentado una oveja o cabra, no sé bien; pero con forma o cuerpo humano hasta cierto punto. En si yo sabía que era un demonio o, algo así, no es que los conozca como tal, pero tenía esa sensación, solo que estaba disfrazado o con esa apariencia. El monaguillo o lo que fuera -ya que a estas alturas no sabría qué es-, le dijo algo a la chica, la muchacha entonces entró a lo que sería el altar camino hasta llegar al lado de la “oveja-cabra”, la cual se puso de pie, le dijo algo a la joven al oído, en cuestión de segundos ella se transformó en una mujer más voluptuosa, incluso como que crecía o tenía más altura, al mismo tiempo también se veía algo tosca. En eso, el diablo le dijo algo al monaguillo -nunca alcancé a escuchar lo que ese ser le dijo a la chica ni al chico que nos llevó hasta ahí-, a lo que él respondió que no con la cabeza, y lo más sorprendente para mí, es que en ese momento el monaguillo volteo a verme y me dijo:  salgamos ya de aquí, rápido y sin darle la espalda a él (refiriéndose al ser o demonio, lo que fuera), comenzamos a caminar de espaldas para salir de ese lugar, llegó un momento que parecía que corríamos de espalda, para nunca dejar de verlo a él, dado que cuando comenzamos a caminar, él se convirtió en tipo humano, pero con los rasgos que se denominan demoniacos, como la pronunciación en la frente de donde irían los cuernos, una cara terminada en triángulo tipo dragón, ojos parecidos a los de serpiente, dentadura prominente como si fueran los dientes colmillos, de ese tipo de fisonomía. Dicho ser, trato de alcanzarnos, se podría decir que, por poco nos alcanza. El demonio le dijo al monaguillo que nunca lo ha podido atrapar, que un día lo hará, pero se lo dijo estando cerca de mi lado y no del monaguillo. En cuanto el demonio salió de su templo se transformó en mujer, pero sus rasgos eran como los de la chica, algo toscas para ser mujer, físicamente como las mujeres que levantan pesas, que desarrollan mucho los músculos, creo que se llama halterofilia. La chica que había entrado con nosotros salió también, lo saludo y se comenzó a besar con ese ser. Después en unos instantes estábamos en la calle, pero al parecer estábamos como afuera de un tipo bar o antro, el demonio-mujer y la chica nos invitaron a entrar al monaguillo y a mí. El monaguillo entro, yo decliné la invitación. Los tres entraron y yo me marche caminando.

No sé si por soñar dicho lugar, Chalma (aunque no lo sé, ya que nunca he ido a dicho lugar), el zona era como un pueblo, casas y todo lo que hay, de forma rural, incluso, estábamos sobre un cerro o algo similar, yo tenía que caminar y bajar unas escaleras algo largas para poder llegar a la carretera, pues sabía que tenía que irme y en la calzada pasaba el camión que me alejaría de dicho lugar. Sin embargo, sentí que ese ser me seguía, con forma humana, pasó en eso una moto - taxi, la cual tome para que me bajara más rápido del cerro, lo interesante es que bajamos por las escaleras, por cierto, me cobro siete pesos. Atravesé la calle para llegar a la carretera donde llego el autobús y desperté…

Aún era de madrugada, dado que aún no salía el sol.

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